Lamuerte de Rubén Darío (León, Nicaragua, 6 de febrero de 1916) produjo en Unamuno una gran conmoción que le arrastró a la confesión pública de su incomprensión, plasmada en un artículo titulado “Hay que ser justo y bueno, Rubén”, publicado el 15 de marzo de 1916 en la revista Summa de Madrid. 4 Realmente se trata, como alguien ha dicho, de
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